Se acerca la segunda vuelta electoral en Ecuador, y con ello el temor de que regrese la persecución a los indígenas del país, quienes durante el gobierno de Rafael Correa sufrieron desde atentados hasta asesinatos como estrategia represiva.
Correa llamó a «indios fracasados» a las agrupaciones indígenas que su gestión reprimió. El expresidente tiene un legado no solo represor, sino incluso etnocida frente a los pueblos indígenas de Ecuador.
En 2018 HRW denunció la persecución injustificada de líderes ecologistas e indígenas bajo el mandato de Correa.
Un informe del organismo mostró cómo la Fiscalía ecuatoriana no proporcionó pruebas suficientes para sostener cargos serios o justificar procesos judiciales de varios años contra indígenas.
Y es que desde el 2009 la gestión de Correa condenó una reclusión a los dirigentes indígenas Pepe Acacho y Pedro Mashiant , procesados por el delito de terrorismo organizado, a raíz de una protesta en contra de la Ley de Aguas.
Bajo su mandato, y en medio del choque de la población indígena con las fuerzas de seguridad, murió el profesor Bosco Wisuma , del pueblo indígena shuar, a raíz de un impacto de perdigones.
Bosco Vicente Wisum Chapaik, padre de seis hijos y maestro bilingüe, se convirtió el 30 de septiembre del 2009 en la primera víctima del enfrentamiento entre indígenas y la Policía, en Macas, por el levantamiento de la Conaie.
Su muerte no solo fue el detonante para un despertar del sector indígena, sino que motivó reclamos al Gobierno, pedidos de investigación y un llamado de la Asamblea a quien era ministro de Gobierno, Gustavo Jalkh.
A Wisum, que se convirtió en una víctima de Correa, también se suma José Tendetza quien fue un líder del pueblo shuar y opositor a la minería en su tierra en la Cordillera del Cóndor, al sur del Ecuador.
Su muerte aún sigue impune luego de que Correa, junto a su aparato represivo, emprendieran una incansable persecución judicial.
Tendetza tenía 49 años cuando su cuerpo apareció sin vida, flotando en el río Zamora en la zona de influencia del proyecto minero Mirador, en el sur de la Amazonía del Ecuador. El hecho se registró el 2 de diciembre del 2014; para ese momento, el líder shuar tenía cuatro días desaparecido.
Organizaciones civiles como la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (Cedhu) y la Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (Inredh) señalan que Tendetza fue asesinado pocos días antes de viajar a Lima, en Perú, para intervenir en el Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza, en el contexto de la Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. El expediente de la Policía relacionado con el levantamiento del cuerpo completo que Tendetza estaba maniatado; aún se desconoce quién fue el autor material de su muerte.